Nacer es un comienzo, y morir un destino...
Pero la vida es un viaje, un andar, crecer de etapa en etapa: de la niñez a la madurez y de la juventud a la vejez...
De la inocencia a la conciencia y de la ignorancia al conocimiento; de la tontería a la discreción y entonces, tal vez, a la sabiduría.
De la debilidad a la fortaleza o de la fortaleza a la debilidad y así una y otra vez.
De la salud a la enfermedad y en oración pedimos por la salud otra vez.
De la ofensa al perdón, de la soledad al amor, de la alegría a la gratitud, del dolor a la compasión…
De la aflicción al entendimiento, del temor a la fe; de fracaso en fracaso, hasta que al volver la vista atrás o ver hacia adelante nos damos cuenta de que la victoria no se encuentra en las alturas a lo largo del camino, sino al haber realizado en viaje, paso a paso, como un sagrado peregrinaje.
Nacer es un comienzo, y morir, un destino...
Pero la vida es un viaje, un sagrado peregrinaje, hecho paso a paso…
hacia una vida eterna...
Alvin Fine.
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