Llega un momento en la vida en que no hay nada más que hacer, sino seguir tu propio camino. Es el tiempo de perseguir tus sueños. El tiempo de izar las velas de tus propios pensamientos.
Caer en la más profunda desesperación nos ofrece la oportunidad de descubrir nuestra verdadera esencia. Del mismo modo que los sueños cobran vida cuando menos lo esperas, igualmente hallarás las respuestas a las preguntas que te haces. Deja que tu instinto construya un sendero de sabiduría y que tus temores sean eliminados por la esperanza.
Muchos de nosotros no estamos preparados para superar nuestros fracasos, y por eso no somos capaces de cumplir nuestro destino. Es fácil defender algo que no acarrea riesgos.
Que tus sueños se vuelvan realidad, soñador, y que siempre te brinden felicidad y sabiduría.
Fuente: Ideas tomadas de El DELFIN Historia de un Soñador
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