Hay que entender que el saludo de buenos días, aparte de ser placentero, transmite un mensaje adicional: eres importante para mi y estoy contento de verte.
Cuenta una historia que:
Un judío trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega. Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo, se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador; golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta....